lunes, 18 de enero de 2010

Decepcionada

Está fuera de nuestro alcance, ni siquiera la imaginación podría llegar hasta ella. ¿Qué coño hacemos? ¿En qué creemos? ¿En la justicia? ¿libertad? ¿humildad? ¿perdón? ¿amor?. No. No creo en eso. No sé en qué creer, ni en qué pensar. Solo sé que vivimos en un mundo virtual en el que la madre superiora es el azar. Que jodida suerte hemos tenido de estar donde estamos. Que insignificante es nuestra desgracia. No cambiaremos nada lamentándonos, ni consolándonos,...el día que seamos conscientes de lo mierda que es esto, quizás, seremos suficientemente racionales como para dar un golpe sobre la mesa. Ya estamos hartos de gobiernos corruptos, libertades ficticias, abuso del poder nunca otorgado, políticos de palabrería...

Mientras tanto seguiremos viendo en el telediario que todavía hay gente en Haití sepultada, sin comida ni agua; seguiremos viendo los 100 millones de dólares dados hace tiempo al Gobierno hatiano y que se debieron de quedar en algún palacete; seguiremos viendo cómo el Papa profiere mentiras que sangran de su boca diciendo a miles de africanos que el condón es pecado, mientras siguen muriendo millones de personas por el SIDA. Y seguiremos viendo lo mierda que es todo.

Que guay tenemos tatuajes y piercings, nos emborrachamos todos los findes, y seguimos pidiendo a papá 20 pavos. Joder que bien, estamos de puta madre. No hay palabras decorativas que embellezcan esto. Porque esto es la ruda realidad, esto es lo que viven millones de personas.
Siento decpción. Vamos de modernos y ecologistas que es lo que se lleva ahora, vamos de hippies, y no nos damos cuenta de que nuestro mundo industrializado es una verdadera mierda, una farsa, donde la estupidez sobrepasa límites insospechados.

Y es que se me encoge el corazón cada vez que veo el telediario, no somos culpables de esa tragedia, pero somos responsables de esto cambie, tenemos los medios de los que ellos carecen. Tenemos voz, y por lo tanto, el poder.
Si de verdad esto es lo que me espera ver,...no creere en la justicia ni en la política, y todo lo que he escrito y leido antes, valdrá menos de lo que vale esta mierda de mundo.