lunes, 21 de diciembre de 2009

En la más alta cúspide

No sé dónde comienza, no sé dónde duerme, ni dónde se despierta; no sé si es racional o sentimental, no sé ni si quiera de qué clase es,...Lo que sí sé es dónde afecta, qué me hace sentir,...y también sé dónde termina.
El dolor no nos hace ni mejores ni peores, nos hace iguales, nos recuerda que nuestra eternidad acaba donde comienza nuestros sueños e ilusiones, nos devuelve a un lugar sombrío, nos muestra la más oscura claridad, y gracias a él somos felices.
Impone su fuerza en el corazón, dejándonos un vacío emocional, que nos ahoga por dentro, volviéndonos transparentes. Nos anuda la garganta y nos presiona los pulmones...Cuando su grito crece exponecialmente, se convierte en veneno esfervescente que recorre el cuerpo, hasta llegar a mi boca,...y es en ese momento en el que tu voz se convierte en un susurro imperceptible, eres invisible.

Te humilla, y te castiga, y crece con tu tristeza e impotencia...pero, no sabe que termina. Todo termina, si nuestro cuerpo físico termina, el dolor tambien, y el amor, y la amistad, y la ganas de vivir, todo termina, nada es eterno.

El declive del dolor comienza en su ansia de poder, en sus ganas de dominar y de expandirse por todos los rincones de nuestro cuerpo, el dolor termina con la primera de nuestras lágrimas. Ellas son el último rastro de dolor en nosotros. Pero solo terminará el día en el que la lágrima pare en la comisura de nuestros labios, en el momento justo en el que esbozamos nuestra sonrisa, en ese momento todo se anula. Se termina.

No somos eternos, no. Un día espiraremos hacia...¿quién sabe donde?, un día todos recorreremos el mismo camino, ese día será una nueva aventura, porque no somos eternos, pero somos demasiado especiales como para acabar aquí.
Si nuestra vida se rige por la mortalidad, no debemos guardar dolor, ni rencor ni odio, no estamos aquí para sufrir, si no para vivir y ser felices. El dolor es una parte más de nuestra existencia, una parte insignificante y absurda, guardémoslos en una caja pequeña y olvidémosla.

Aquellos que profieren llantos desconsolados que estrangulan sus gargantas, son aquellos que viven abrazados al dolor, la tristeza y la soledad. Pero resurgiran como resurgían los guerreros, aunque nos derrumbemos, nos levantaremos y creceremos, porque el dolor no es eterno.

Volamos sobre la más alta cúspide, y jamás caeremos, nuestra felicidad se expanderá, como se expanden los pájaros al vuelo, y jamás caeremos. Solo nosotros mismos aprendemos a volar, a erguirnos, y a seguir nuestro viento que va entre el mar y el cielo.

"El odio es un lastre. La vida es demasiado corta para estar siempre cabreado. Si bien la pasión puede tensar nuestros lazos de afecto, jamás debes romperlos. Las místicas cuerdas del recuerdo resonarán cuando vuelva a sentir el tacto del buen ángel que llevamos dentro."

martes, 15 de diciembre de 2009

My Life


Sé que no podria vivir sin ella...

Podemos escucharla con los ojos cerrados, y nos encontraremos en otro mundo, en NUESTRO mundo, en el que solo vale la imaginación...Mi mundo se construye en una base de tambores que rigen los latidos del corazon, mis pasos los condicionan el retumbar del bajo, el sonido de las flautas golpean mi cara como si viento se tratara, el piano acompasa mis pensamientos y razonamientos, y el violin mis únicos deseos. Y cuando a todo esto se suma, el sonido de una eléctrica guitarra, de la yema de mis dedos salen chispas de colores...

En el lugar donde nunca pasa nada, el viento se reivindica y las ramas se agitan,...pero nunca pasa nada, donde las horas pasan...porque cuando la escucho ardo en una hoguera, y me quemo, y me abraso, y noto como el frío recorre mi cuerpo, pero ardo con la gasolina que poseo yo misma...porque cuando la escucho ardo como la última vez, y me elevo,...y volar, y...volar. Es un éxtasis musical que me devuelve a mi identidad, a lo originario, a las raíces primeras de mi existencia, porque en mi origen solo existe el ritmo puro de mi corazón y la corriente orgánica de la vida.

No necesito drogas que me hagan sentirme como ella, no hay ninguna más dulce que mi propio éxtasis, porque no solo la escucho, también la veo, desde mi introducción al delirio noto como el fuego explota en mi corazón y las lágrimas brotan de mis ojos...

Ella, solo ella, hace elevar mi alma por encima de sí misma, creando una región donde, libre de toda ansiedad, pueda refugiarse sin obstáculos en el puro sentimiento de sí misma. Ella es el eco del mundo invisible, de mi mundo real, es mi mayor reivindicación y la única revelación, es la mayor de mis pasiones, me envuelvo con ella, me empapo de su esencia, y todavía me quedo sin aliento...

No nace de la observación de las hojas de los árboles o la ciencia del suelo, crece como semilla en la oscuridad, alimentándose de los vacíos que los excesos dejó en mi corazón.
Ya no necesito oírla para escucharla, se apoderó de mis pensamientos mucho antes de existir, porque si me abrís las entrañas solo encontrareis notas musicales que hablan de mi vida; si muero escuchándote será la muerte más dulce...

Y así gira mi mundo, viviendo en un sin razón musical, viviendo agarrada a mi propio declive, a mi propio vicio, porque un orgasmo nos estremece el cuerpo, pero LA MÚSICA, el éxtasis musical, extremece mi mundo real, mi corazón, mi cuerpo físico, mi alma, y me devuelve al origen, me devuelve a un viaje del que algún día espero no volver.

Coge un orgasmo multiplícalo por mil y ni siquiera estarás cerca de lo que es para mi la MÚSICA.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Cerrado por derribo



Porque al miedo hay que mirarle siempre a la cara

Derribados, una y otra vez somos derribados, y caemos fuertemente contra el suelo, y lloramos nuestra desgracia y nuestra suerte, pero siempre nos levantamos. Nos levantamos porque seguimos queriendo algo con ilusión, porque seguimos luchando cada día, porque SOMOS FUERTES.

No creo en alguien superior que guía mi vida, no creo ni en el cielo ni en el infierno, creo en nosotros, en nuestra inteligencia, en nuestra fuerza, en nuestros sentimientos...yo creo en mi vida, en mi energía, en mi misma.
¿Miedo?...¿a qué?, ¿al dolor?, ¿a la muerte?, ¿miedo por haber hecho mal?, ¿miedo por perder a alguien querido?...el miedo no es más que un preámbulo de nuestra valentía, unos consiguen alzarse con ella, otros se sumen en su propio terror.
Creer que nuestra desgracia se ha dado porque "Dios" escribe nuestro destino, o que somos muñecos de un ser superior que elige nuestros caminos, nuestra vida y nuestra hora de la muerte...¿creer?...eso no es creer, es sumisión.

Antonio Machado dijo una vez: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar".
Nosotros hacemos nuestro camino, con nuestras elecciones, porque somos libres. No me enseñaron a creer, ni a tener fe en otra persona que no soy yo, porque..."Desde mi libertad soy fuerte porque soy volcán. Nunca me enseñaron a volar, pero el vuelo debo alzar".

"Quizá la clave para ser realmente libre sea: Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. Ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido. No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo.

Hoy busco dormir a gusto. No suena muy ambicioso, pero créeme, es mucho.

No pienso rendirme ante ningún problema. Confío en mí y soy capaz de vencer lo que sea. Volveré a caer millones de veces, pero siempre volveré a erguirme, porque me di cuenta de que quizá la clave para ser realmente libre sea: Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites."


Porque prefiero arder a ir apagándome lentamente, porque no existe más miedo que el que se almacena en mi costado, porque con ese miedo se me curan las heridas, porque me derrumbaré pero sé que me levantaré. Porque no tengo miedo a mi destino y mi dicha, porque llegará el día en el que miraré al miedo de frente, le miraré a la cara, porque ese día le enterraré y sonreiré, porque ese día ganaré...pero mientras tanto viviré.

"No temo ni al dolor ni a la muerte.
Temo a una jaula, a empuñar sus barrotes hasta que la edad y la costumbre los acepten, y toda opción al valor ceda al recuerdo y al deseo."


Hoy está cerrado por derribo, mañana estará cerrado por reconstrucción.