lunes, 7 de diciembre de 2009

Cerrado por derribo



Porque al miedo hay que mirarle siempre a la cara

Derribados, una y otra vez somos derribados, y caemos fuertemente contra el suelo, y lloramos nuestra desgracia y nuestra suerte, pero siempre nos levantamos. Nos levantamos porque seguimos queriendo algo con ilusión, porque seguimos luchando cada día, porque SOMOS FUERTES.

No creo en alguien superior que guía mi vida, no creo ni en el cielo ni en el infierno, creo en nosotros, en nuestra inteligencia, en nuestra fuerza, en nuestros sentimientos...yo creo en mi vida, en mi energía, en mi misma.
¿Miedo?...¿a qué?, ¿al dolor?, ¿a la muerte?, ¿miedo por haber hecho mal?, ¿miedo por perder a alguien querido?...el miedo no es más que un preámbulo de nuestra valentía, unos consiguen alzarse con ella, otros se sumen en su propio terror.
Creer que nuestra desgracia se ha dado porque "Dios" escribe nuestro destino, o que somos muñecos de un ser superior que elige nuestros caminos, nuestra vida y nuestra hora de la muerte...¿creer?...eso no es creer, es sumisión.

Antonio Machado dijo una vez: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar".
Nosotros hacemos nuestro camino, con nuestras elecciones, porque somos libres. No me enseñaron a creer, ni a tener fe en otra persona que no soy yo, porque..."Desde mi libertad soy fuerte porque soy volcán. Nunca me enseñaron a volar, pero el vuelo debo alzar".

"Quizá la clave para ser realmente libre sea: Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites. Ser honesto con uno mismo, centrarse en lo importante y olvidarse del ruido. No obcecarse con los objetivos, tratar de relajarse y vivir algo más tranquilo.

Hoy busco dormir a gusto. No suena muy ambicioso, pero créeme, es mucho.

No pienso rendirme ante ningún problema. Confío en mí y soy capaz de vencer lo que sea. Volveré a caer millones de veces, pero siempre volveré a erguirme, porque me di cuenta de que quizá la clave para ser realmente libre sea: Reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites."


Porque prefiero arder a ir apagándome lentamente, porque no existe más miedo que el que se almacena en mi costado, porque con ese miedo se me curan las heridas, porque me derrumbaré pero sé que me levantaré. Porque no tengo miedo a mi destino y mi dicha, porque llegará el día en el que miraré al miedo de frente, le miraré a la cara, porque ese día le enterraré y sonreiré, porque ese día ganaré...pero mientras tanto viviré.

"No temo ni al dolor ni a la muerte.
Temo a una jaula, a empuñar sus barrotes hasta que la edad y la costumbre los acepten, y toda opción al valor ceda al recuerdo y al deseo."


Hoy está cerrado por derribo, mañana estará cerrado por reconstrucción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario